Nuevo Testamento: Mat. Mar. Luc. Ju. Hec. San. 1Pe. 2Pe. 1Ju. 2Ju. 3Ju. Jud. Rom. 1Cor. 2Cor. Gál. Ef. Fil. Col. 1Tes. 2Фес. 1Tim. 2Tim. Tit. Fil. Heb. Ap.
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—¿De dónde vienes?
—Me he escapado del campamento de Israel —le respondió él.
—El pueblo huyó de la batalla; han caído muchos del pueblo y murieron. También Saúl y su hijo Jonatán murieron —respondió él.
—¿Cómo sabes que han muerto Saúl y su hijo Jonatán?
—Casualmente fui al monte Gilboa, y hallé a Saúl que se apoyaba sobre su lanza; tras él venían carros y gente de a caballo.
—¿De dónde eres tú?
—Soy hijo de un extranjero, amalecita —respondió él.
—Ve y mátalo.
Él lo hirió, y murió,
—Tu sangre sea sobre tu cabeza, pues tu misma boca atestiguó contra ti, al decir: “Yo maté al ungido de Jehová.”
¡Cómo han caído los valientes!
ni deis las nuevas en las plazas de Ascalón;
para que no se alegren las hijas de los filisteos,
para que no salten de gozo las hijas de los incircuncisos.
ni rocío ni lluvia caiga sobre vosotros,
ni seáis tierras de ofrendas;
porque allí fue desechado el escudo de los valientes,
el escudo de Saúl, como si no hubiera sido ungido con aceite.
el arco de Jonatán jamás retrocedía,
ni la espada de Saúl volvió vacía.
inseparables en la vida, tampoco en su muerte fueron separados;
más ligeros eran que águilas,
más fuertes que leones.
quien os vestía de escarlata y lino fino,
quien adornaba vuestras ropas con ornamentos de oro.
¡Jonatán, muerto en tus alturas!
cuán dulce fuiste conmigo.
Más maravilloso me fue tu amor
que el amor de las mujeres.
cómo han perecido las armas de guerra!»